El Festival de Cannes, ese cóctel anual de glamour, lujo y cine en la Riviera francesa, debutó ayer con “Robin Hood” y con sus dos héroes, Russell Crowe y Cate Blanchett, pisando la célebre alfombra roja que recubre las escaleras del Palacio de Festivales.
Cenizas volcánicas, olas gigantescas y crisis económica amenazaban el mayor certamen cinematográfico mundial (12-23 de mayo), pero no lograron disuadir a decenas de estrellas y cineastas que fueron aclamados y admirados por una muchedumbre de curiosos apostados anoche frente al Palacio de Festivales.
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